jueves, 4 de abril de 2013

Cuando el alzheimer corroe la nación o la hora de los replicantes



Su memoria ha ido desvaneciéndose. Ahora ya no reconoce ni tan siquiera a sus hijos. Puede sentir la ternura y el afecto, pero es incapaz de identificar a la persona que se lo prodiga.

Ese mal que devora el pasado desdibujando la personalidad es designado en los manuales médicos con el nombre de alzheimer. El enfermo va perdiendo progresivamente todo residuo de su pasado hasta hacerle incapaz de proyectar, de ir más allá, de soñar un mañana. Sin recuerdos no es posible mirar hacia el futuro.

España está aquejada de este mal. Hemos ido arrancando a nuestro pueblo su memoria y tradición y ahora vagamos inseguros y asustados. Desterramos las Humanidades, arrinconamos la historia y la literatura, expulsamos la Cruz de aulas, cuarteles e instituciones, y ya no sabemos quiénes somos. Hemos borrado nuestro pasado y ahora descubrimos que no tenemos futuro.

Privados de proyecto histórico, suena la hora del sálvese quien pueda. Los nacionalismos han encontrado su propia fórmula de supervivencia: transformarse en replicantes. Enterrados los vínculos que nos configuraban, inventan su propia historia a base de retazos, de imágenes aisladas  interpretadas a conveniencia, como sucedía a los personajes de la película de Ridley Scott. Pero los replicantes tienen una deficiencia en su personalidad que los delata, carecen de empatía. Son incapaces de salir de sí, de implicarse en los anhelos de los demás. Su hipertrofiada sensibilidad para consigo mismos los lleva a una susceptibilidad extrema y egoísta. En el fondo se saben sucedáneos, copia programada de otra realidad. Por eso hacen aspavientos y exageran el gesto, como el adolescente que pretende afirmarse frente al adulto que todavía no es.

Si queremos vivir con autenticidad necesitamos recordar, recuperar la cordura; volver a pasar por el corazón ese quién que somos como sociedad y que alberga en su seno la promesa de un mañana prometedor.


10 comentarios:

  1. Muy bueno, Polizón, y muy buena la comparación. Dios quiera que España despierte de este largo letargo y se encuentre consigo misma y con quien ha sido desde hace más de 2000 años...

    De esta película lo único que no me gustó fue el final...
    Un abrazo

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    1. mj bo, al final ¡Harrison Ford se va con la chica!

      Un abrazo para ti.

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  2. Muchos piensan, que borrando lo que pasó ya no pasó, y lo que estamos consiguiendo, es que cada generación que pasa, es más pobre y en algún momento no sabrán de dónde vienen y eso será la destrucción de un país. Un abrazo

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  3. Sería precioso pensar en positivo y que el futuro fuera prometedor.

    Nos rodea incertidumbre, desilusión y pocas esperanzas.

    Lo siento de verdad, sobre todo por la juventud porque lo tiene difícil.

    ¡¡Una gran pena!!. Esperemos que vuelva algún día la cordura.

    Un beso, Rafael.



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    1. Ilusión y esperanza, no sería un mal comienzo.

      Un abrazo, Amalia.

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  4. Por fortuna aún contamos con que Dios sigue teniendo paciencia con nosotros.
    Feliz domingo de la Divina Misericordia.
    Un abrazo.

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    1. Mento, menos mal que Dios no tiene límites, porque agotamos la paciencia al más "pintao".

      Un abrazo.

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  5. Buenos días Rafael. Magnífica entrada con principios. ¿Cómo recordar y recuperar la cordura del ser en verdad? Un abrazo.

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