lunes, 14 de febrero de 2011
La Real Academia Española se vuelve minúscula
Limpia, fija y da esplendor. Ese es el lema que ha venido acompañando a la Real Academia Española de la Lengua desde su fundación en 1713. Según sus estatutos, tiene como misión “fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza”.
En sintonía con su cometido, la Real Academia Española (junto al resto de Academias hispánicas) ha alumbrado una nueva Ortografía. Llamativa Ortografía, hay que añadir, pues a juzgar por lo que en ella se establece, la mentada institución debería pasar a escribirse “real academia española”. No es broma. La Academia (ahora menguada “academia”) ha establecido que todos los nombres que sean comunes (como Rey, Isla, Papa) se escriban obligatoriamente en minúscula (rey, isla, papa) al margen del contexto en que se empleen. Así, las "Islas Canarias" pasan a ser "islas Canarias"; y “el Papa” es “el papa”, a lo calé: "¡Ay, papa!" En fin, que es su propio caso: real, academia y española.
La nueva ortografía (en minúscula en adelante, faltaría más) ofrece alguna otra perla. Por ejemplo, “truhán” pierde el acento y mantiene enhiesto el mastil de la hache intercalada; ¿pa´qué?, que decía aquel. También "guión” es objeto del entusiasmo monosílabico de los académicos y queda convertido en “guion”. Y lo mismo sucede a unos cuantos términos más.
Sobre este particular, Javier Marías ha escrito con un especial conocimiento y mesura un par de artículos que me parecen la mar de clarificadores, de modo que me remito a ellos:
- Discusiones Ortográficas I (Javier Marías)
- Discusiones Ortográficas II (Javier Marías)
No me cabe duda de que la Academia (con permiso de la “academia”) vela por la buena salud de nuestra lengua, y que la nueva Ortografía (perdón, "ortografía") aclarará muchas cuestiones de forma acertada (la inmensa mayoría, que tampoco vamos a sacar punta a una bola). Con todo, no estaría de más que rectificaran unas cuantas cosas que más que chirriar, aúllan. Hasta el punto de que uno de sus miembros más leales ha hecho públicos los referidos artículos, advirtiendo que no piensa aplicar los cambios que considera incorrectos, pues ni limplian, ni fijan, ni dan esplendor (esto último lo añado yo).
gracias por este detlle de hoy muy bueno , sabe los amigos no se pueden olvidar FELIZ DIA AMIGO DE DIOS gracias por TODO los detalles que DIOS te bendiga siempre muy unidos en oración y un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarMuy interesante tu artículo de hoy. La verdad que leerte es un lujo.
ResponderEliminarBueno así que ahora cuando hablemos del Papa no vamos a saber si es del Papa de la iglesia católica o si es el papa marido de la mama que todavía hay gente que llama así a sus padres.
Lo de los acentos ya es la monda, si con los años, vas dudando a veces de si esta palabra se acentúa o no, sobre todo desde que el chivato del ordenador no te pasa una, ahora con los cambios como para acordarnos. Así que a partir de ahora guión no llevará acento. Espero que no se me olvide, la de truhán me importa menos porque quitando la canción de Julio Iglesias, soy un señor soy un truhán, pocas veces la he utilizado.
Un abrazo Rafael y gracias por compartir
Esto de las nuevas normas me trae por el camino de la amargura a mí que ver una falta de ortografía hace que me duelan los ojos, tener que ver normal lo que hasta ahora no lo era no me cuadra.
ResponderEliminarUn abrazo.
mINÚCULOS, rAFAEL, DEBE SER EL IMPULSO DEL MINIMALISMO ANIMAL. EN EL ARTÍCULO QUE REFIERES ME HACE GRACIA QUE dIOS VUELVA A SER "UN EJEMPLO EXTREMO",SUPONGO QUE ES EL EXTREMO DEL QUE AGARRARSE EN CASOS ASÍ.uN ABRAZO.
ResponderEliminarLourdes, eres un baño de flores verbales. Uno no sabe qué responer, sólo inspirar los mil aromas de bendiciones que ofreces y sonreir. Muchas gracias.
ResponderEliminarChus, si al próximo viaje guay me llevais en la maleta, os canto hasta el Banboleo. Otro abrazo para ti. (Por cierto, ya he visto que no tienes vértigo. ¡Menudas alturas ascensoriles!)
Gran Visigoda, la pena es que en vez de aclarar las cosas (limpiar) la nueva ortografía introduce algunas cosas (las menos, todo hay que decirlo) que crean confusión. Al final, el sentido común.
NIP, igual no hay que llegar a un "que Dios nos coja confesados", bastaría con rectificar, que como dice el refrán, es de sabios. Otro abrazo para ti.
Un refrán se oyó que nadie escuchó entre la multitud de gritos de unos pocos apoltronados que clamaban:
ResponderEliminar¡Antes muerto!
NIP, ya verás cómo acaban rectificando. Más que nada porque si al final nadie hace caso a esas pocas exuberancias que han sacado, ¿de qué valen?
ResponderEliminarVICKYFF, siempre supe que debería haber prestado más atención en las clases de inglés, ahora, tú en las de español necesitas un buen repaso. Salvo que propongas que los acedémicos se vistan con las prendas que publicitas y que ello les sirva de fuente de inspiración; que todo puede ser.
Pues ... ¿sabes qué Polizón? que yo pienso seguir a la mía; o sea que no me van a bajar de las mayúsculas que me enseñaron en aquel Ingreso al Bachiller.
ResponderEliminarSaludos
mjbo, es el problema que tiene pasarse de frenada, que te arriesgas a que nadie te haga caso. Si nadie empleaba los término de esa manera, nadie lo demanda, y es menos claro, ¿a santo de qué se meten en ese jardín?
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