viernes, 3 de abril de 2020

LA INFORMACIÓN EN TIEMPOS DE CÓLERA





El modo de informar con que la prensa nos obsequia estos días me parece cuando menos llamativo. Y eso por varias razones.


La primera es el entusiasmo con que proclaman unas cifras de contagio que, a todas luces, están mal. Es decir, carecen de ningún valor. 

Hacen comparativas entre países que miden de forma completamente desigual el número de infectados. Mientras en algunos se realizan pruebas a un nutrido número de su población, en otros, como el nuestro, se hacen con cuentagotas, básicamente a personas ingresadas con clara sintomatología y a ejemplares políticos (que no políticos ejemplares) de todas las "castas" parlamentarias. ¿Cómo puede compararse el número de positivos de un lugar en el que, pongamos por caso, se han hecho test a dos millones de personas con otro en el que se han efectuado a veinte mil?

En el colmo del absurdo algún medio ha llegado a afirmar que en Corea del Norte no había entrado el coronavirus. Con cero test, cero infectados. Asunto resuelto. Es como aquella clase en la que todos eran superdotados porque se prohibía suspender (¿sugerencia para la próxima reforma de la Logse?).

Luego están las comparaciones de lo manifiestamente desigual. Así, se cotejan las cifras de un país con más de 327 millones de habitantes censados, como es el caso de Estados Unidos, con otro como España que no llega a los 47. Es decir, con un 85 por ciento menos de población.



¡Viva la estadística aplicada! Si yo me como diez pollos y tú ninguno nos hemos comido cinco pollos cada uno. Y ahora paguemos a escote.

Si no fuera porque la realidad es para llorar darían ganas de reír. Pero no, que se le quitan a uno a cada nueva información que nos suministran, si es que se puede llamar información a eso que procuran unos medios de comunicación dispuestos a que el gobierno les censure las preguntas que formulan.

Lo que no sé es cómo no se han acabado los kleenex antes que el papel higiénico.

5 comentarios:

  1. Los periodistas hacen dejación de funciones y asumen el papel de mera caja de resonancia de un discurso político sesgado.

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  3. Asoman nuestras miserias. No sólo "los políticos" tienen intereses propios.

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  4. Los periodistas se comportan como marionetas...
    La información es malísima y sorprendente.
    No hay más que bulos y falta de información verídica.
    Hasta, de momento, han dejado sin programa (Cuarto milenio) a Iker Jiménez por "dar demasiada Información sobre el tema".
    Qué es lo que pasa??.
    Estoy contigo, deberían de faltar los kleenex.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hoy varios medios de comunicación se descuelgan de las ruedas de prensa con censura previa del gobierno. Algo es algo.

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