En mi estancia veraniega en Roma acudí a la Puerta de Santa Ana con la intención de entregar un ejemplar de
Bresca, el guardia suizo al comandante de la Guardia Suiza Pontificia.
Un alabardero y otro miembro del cuerpo (podría ser el vicecomandante) me explicaron que estaba de viaje. No obstante me dieron facilidades para dejarle el libro y una nota; así lo hice.
Ayer me llegó por correo electrónico la respuesta del comandante. Como diría aquel, me llena de orgullo y satisfacción.
Le gustaría verlo traducido al italiano y al alemán. Se admiten voluntarios.
Ya sólo falta la película. ¿Algún director disponible?
Felicidades, debe de ser un gran libro, a ver si me animo y lo leo yo en la lengua de Cervantes.
ResponderEliminarAnímate, ¡es el libro del verano!
EliminarGoogle traductor puede ayudar, sino le puedes regalar uno al Papa que sabe español, italiano y alemán y se lo lea por las noches a los guardias.
ResponderEliminarSe lo envié no a uno, sino a los dos Papas vivos. Me temo que debe haber un cuello de botella en las recepciones...
EliminarCómo me gustó!!!!.
ResponderEliminarQuedaría una estupenda película.
La historia es muy buena e interesante.
Un fuerte abrazo
Ya me gustaría a mí. Muchas gracias, Amalia
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