Acabo de regresar del cine. Tengo claro que si la película que acabo de ver llevara el sello de Hollywood estaríamos oyendo hablar de ella hasta en la carta de ajuste. Sin embargo, es tiene una tara, es una producción hispano-argentina, de modo que para disfrutarla he tenido que ir al único cine de la ciudad que la proyecta.
Seis actores, seis. Ninguno falta y ninguno sobra. Cada uno en su papel, redondo. Unos diálogos cargados de algo a lo que estamos desacostumbrados: ingenio. Abundantes dosis de comedia, una pizca de tragedia y, al final, unas gotas bien administradas de humor negro.
Advierto que me suelen echar para atrás las películas de actores mayores que interpretan a señores mayores nostálgicos recreándose en el ocaso de la vida. Pero esta es otra cosa; de hecho, ni por un momento me he acordado de esta fobia mía.
Sobre el argumento, mejor no contar nada. Aquí la ingenuidad es un grado.
Por cierto, no he dicho el título de la película... El cuento de las comadrejas. No se la pierdan, por favor.
(Un secreto: Marcos Munstock hace de sí mismo formidablemente. Hasta sus diálogos parecen sacados de Les Luthiers. ¡Grande!)
Me voy a enterar si la ponen aquí.
ResponderEliminarGracias por tu reseña.
Un abrazo.
A ver si te gusta. Un abrazo, Amalia
EliminarPor mi tierra si la están poniendo, pero hace años que no veo una película que no sea para pequeños en el cine... (creo que Lalaland, sí la ví en el cine), tendré que esperar...
ResponderEliminarNo es mala opción. Con la buena compañía que imagino, no hay opción más deseable. Que las disfrutes.
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