martes, 22 de enero de 2019

Carta a Marga (Gil Roësset)




Pero niña, ¿qué has hecho?

¿Cuánto has tenido que sufrir? El amor más sincero es el más callado, de ahí tu pena, esa tristeza en los ojos envuelta por tanta belleza.

No podías ser feliz sin él, ¿verdad? Y preferiste morir. Pero niña, ¿qué has hecho?
Con ese estampido seco, ¿no ves que los mataste a todos? A tus padres, a tu hermana, ya siempre fueron muertos en vida. En aquella sepultura quedaban ellos contigo. No, peor aún, ¡sin ti!

Te faltaba el aire, ¿verdad? Las palabras tiernas de él, sus abrazos, las caricias que nunca llegaron. Y guardabas esa ansia dentro, muy adentro, para que nadie lo notara. Que todos siguieran viendo a la muchacha despreocupada, metida en sus cosas, artista enérgica, evasiva a veces… viril, dijeron ellos. Viril. Viril no; ¡enamorada! ¡Ciegos!

Y toda tu obra nada valía si no la fecundaba él. Sin él era tierra, polvo, mentira.

He leído tu diario. Perdóname por abrir esa puerta. Sé que nadie debía entrar por ella, salvo él, a quien le hablas. Pero me pudo…, no sé, me pudiste tú. Y te vi tan viva y muerta por su amor, en una cuenta atrás atroz: Lunes noche…; Domingo… último…

“… Noche última… que querría
… tanto a tu lado… y estoy sola
………¡sola!......
no… estoy contigo…”

¡Ay, niña! ¡Qué has hecho! Cuántos habrían deseado darte su amor, entregarte el mundo entero para hacerte feliz.

Querida Marga. Soñadora. Ojalá un día despiertes y veas cara a cara a Dios, y sonrías. ¿Por qué no soñar, si, como dijo el poeta, “toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.

Querida Marga, enamorada. ¡Vive! No mueras. ¡Vive!






Nota: Marga Gil Roësset fue una persona con un talento único. Nació tan frágil que su llegada al mundo comenzó con una despedida, pero su madre no se rindió y la sacó adelante. Recibiría una educación artística en el hogar. Pinta desde muy chiquita, y ya con doce años ilustra un cuento que publica su hermana Concha, dos años mayor que ella, titulado “El niño de oro”. Tres años más tarde hará otro tanto con otro libro de su hermana escrito en francés: “Rose des bois”. A partir de ese momento se dedicará a la escultura. En 1932 conocerá al poeta Juan Ramón Jiménez y a la esposa de éste, Zenobia Camprubí, a la que ambas hermanas admiraban por ser la traductora de Tagore. Marga acabará enamorándose perdidamente de Juan Ramón Jiménez. Al saber que este amor no iba a ser correspondido, se suicidará con un disparo el 28 de julio de 1932 tras haber destruido casi todas sus esculturas. Tenía sólo veinticuatro años.



Reseña de prensa teniendo Marga doce años


El niño de Oro


Rose des bois


Marga sosteniendo a un hermano

2 comentarios:

  1. Muy triste historia !!.
    Morir por amor...
    A mí me gusta mucho Juan Ramón Jiménez. Un carácter complicado pero uno de los grandes.

    El suicidio me parece terrible y una mujer tan joven con tanta vida por delante...

    Un abrazo.

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  2. A mí desde luego es una historia que me conmueve. Leyendo su diario no te quiero ni contar. Lo más gordo es que apenas había vivido. La tutela de su madre era un tanto intrusiva, así que se fue cuanto tenia toda la vida por hacer.

    Un abrazo, Amalia

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