viernes, 7 de julio de 2017
Buenos no tan buenos en "Animales fantásticos y dónde encontrarlos"
El otro día vi Animales fantásticos y dónde encontrarlos. No voy a hacer una valoración de la película; me entretuvo, que no es poca cosa. Pero sí voy a hacerla sobre el comportamiento de los magos. -Aviso, a partir de este momento se destripan algunos elementos del argumento-.
Vamos a ver, los magos tienen un grave problema porque una fuerza maligna fruto de la frustración de un mago amenaza con revelar la existencia del mundo mágico y, además, presentarlos como seres malvados. Para más Inri un joven que porta una maleta con un cierre pésimo va perdiendo bestias mágicas allá por donde va, con lo cual se suceden las calamidades.
En la resolución de estos problemas y de alguno más les ayuda un señor que no es mago, llamado Jacob Kowalski, quien se juega la vida como el que más con el inconveniente de que ni siquiera tiene poderes mágicos y el mérito añadido de que obra de forma absolutamente desinteresada.
El citado caballero se enamora de una maga, Queenie Goldstein, quien le corresponde desde el primer instante.
Pues bien, después de contribuir de modo extraordinario a la resolución de los graves problemas que aquejan a los magos, la presidenta de éstos decreta que al bueno de Jacob le borren de la memoria todo lo vivido en los últimos días. Es decir, el momento de su vida en que ha dado la verdadera medida de sí mismo (mostrándose como un héroe) y ha tenido la experiencia del amor verdadero. Y sus amigos magos, muy tristes, eso sí, dejan que Jacob cumpla obediente esa orden exponiéndose a una lluvia "borra-recuerdos".
A ver, a mí me parece infame. Han privado a ese hombre de lo más valioso que poseía. Que sí, que luego le facilitan plata para que pueda montar una pastelería, pero ni huella de lo que ha sido y de lo que ha podido ser. Y sobre todo, ni rastro de su experiencia con la amada.
En La vida es sueño de Calderón de la Barca llega un momento en que Segismundo ya no sabe si es un vulgar preso o un príncipe, si lo que vive es sueño o realidad, pero afirma lo siguiente:
"Sólo a una mujer amaba
que fue verdad, creo yo,
en que todo se acabó
y esto solo no se acaba".
Es decir, en medio del mar de dudas en que se halla inmerso sigue teniendo una seguridad de la que no le han podido privar, su amor por Rosaura. Sin embargo los magos de marras van más lejos, y están dispuestos a privar al bueno de Jacob de lo más valioso, su amor por Queenie. Que lo consigan o no ya es otra cosa. No sé si dirán algo en la siguiente parte. De momento mal, muy mal, chicos. (A Queenie la dejamos aparte porque parece que no se resigna. No cuento más).
Pues no me gusta nada eso de hacer desaparecer los recuerdos, y no digamos borrar el amor...
ResponderEliminarMe parece que voy a sufrir demasiado...
Un abrazo.
Decía Julián Marías que el consolarse de todo es una de las mayores muestras de debilidad que puede tener un ser humano, pues en el fondo es que todo pierde importancia. No apetezco el dolor, pero todavía menos el olvido. Gracias, Amalia.
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