lunes, 5 de agosto de 2013

La lección de August


Los libros hacen que se despierten en nosotros distintas reacciones. Unos los vemos como papel malgastado, otros como divertimento, y unos pocos suscitan nuestro aplauso. Con “La lección de August” yo abrazaría a su autora, ni más ni menos. Señora R. J. Palacio o como quiera que en realidad se llame, puede estar usted satisfecha de haber ayudado a hermosear el mundo ofreciéndonos unas gafas para ver con claridad. ("Uno sólo puede ver claramente con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos". El principito) ¡Gracias y enhorabuena!

Veamos, August es un niño de diez años con una grave anomalía cráneo-facial. Durante su corta existencia ha sufrido decenas de operaciones, lo cual le ha impedido ir al colegio. Ahora lo hará por vez primera y ello va suponer un gran reto en su vida y en la de quienes le rodean.

El libro está narrado en primera persona, pero no sólo desde la perspectiva de August, sino también de otros muchachos, como su hermana adolescente Vía o la de algunos de sus nuevos compañeros de curso.

Esta historia sólo puede ser presentada de modo adecuado en un libro, pues el cine nos convertiría en espectadores y distorsionaría completamente el modo de acercarnos a las vivencias de August desde dentro. “Por dentro, yo me siento normal. Pero sé que los niños normales no hacen que otros niños normales se vayan corriendo y gritando de los columpios. Sé que la gente no se queda mirando a los niños normales en todas partes (…) Creo que la única razón por la que no soy normal es porque nadie me ve como alguien normal”.

La obra representa un verdadero despliegue de humanidad en la que uno se ve reflejado en distintos personajes y momentos, como cobarde y como amigo, como canalla y como padre que sufre por la vulnerabilidad de su hijo, como blanco de burlas y como ser generoso que sabe perdonar.

No deja indiferente, pero evita caer en la sensiblería. Aunque muestra los golpes que recibe el protagonista, siempre existe el contrapunto del amor que despierta.

“La lección de August” es eso, una verdadera lección de vida que tenemos a nuestra disposición en 414 conmovedoras páginas. Lectura archirrecomendable no sólo para adultos, sino también para adolescentes. Dejar de leerlo sería perderse algo maravilloso.

 

(Gracias José Manuel)

13 comentarios:

  1. Lo tendré en cuenta compañero.

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  2. Hayyyy que me va a gustar un montón!!!

    Gracias y un cariñoso saludo. :)

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  3. Y ahora ¿qué hago? ¿"Seda" por imperativo legal, Natalia Sanmartín o este? Rafa, necesito que pongas orden en mi vida y no caos.

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    1. Santi, por lo que te conozco, "Seda" te va a gustar. Además, en hora y media te lo has leído.

      Los de "El despertar..." y "La lección" están geniales. No sabría decirte por cuál empezar, pero anímate.

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  4. Pues tomo nota.

    Gracias por la recomendación.

    Estoy terminando "El despertar..." y tengo en puertas "Inferno".

    Un abrazo coruñés.

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    1. Amalia, ¡ya en La Coruña! Anda que no estarás bien por allí.

      Pues que disfrutes de un verano lleno de amigos y lecturas.

      Un abrazo.

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  5. Hola Rafael, tiene muy buena pinta. Me lo apuntó para leerlo ya. Un abrazo. Fernando .

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    1. Fernando, a mi hermana ya se lo he pasado. Yo creo que te va a encantar.

      Un abrazo.

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  6. lo bueno si breve...7 de agosto de 2013, 6:28

    Me cambio de filósofo de cabecera...me voy con mi primo Antonio.

    Rezo por los descarriados...

    Abrazos playeros...

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    1. lo bueno si breve... (antes Malthus Mesías...) es que en el chiringuito playero hombro con hombro con tu primo Antonio la perspectiva metafísica cambia mucho.

      ¡Que disfrutéis!

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  7. Es un libro maravilloso, imprescindible. Mis hijos ya lo han leído y les ha encantado.

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