- ¿Te ha gustado la comida? –preguntó ella, inquieta, cuando concluyeron.
- Sí.
- Pero, ¿has notado algo especial?
- ¿Especial? Pues no.
Aquella mujer explicó a mi madre que se habían terminado las
comidas suculentas y elaboradas. En adelante, vuelta al menú de primeros
auxilios.
-
Total, igual da que prepare una cosa que otra. No
distingue nada ni le da ningún valor.
Traigo este ejemplo a colación porque si algo caracteriza
nuestro tiempo es el igualitarismo.
Todo es lo mismo. “Todas las religiones son iguales”, dicen; tanto da que
afirmen el amor a los enemigos que la muerte del infiel. Debe tener el mismo reconocimiento el
buen estudiante que el que no da un palo al agua. Es lo mismo tener un papá y una
mamá, que dos papás, dos mamás o una coral de selenitas. Tan lícito es dejar nacer a un
niño con síndrome de Down y llenarlo de ternura, que descuartizarlo en el útero
materno pues, a fin de cuentas, “es una opción”. Y así, suma y sigue.
Por supuesto que no todo es igual.
ResponderEliminarNo es lo mismo la luz que la oscuridad.No es lo mismo amar que odiar. No es lo mismo ser despiadado que compasivo...
¿Qué sería del mundo si todo fuera igual?.
Y, por poner una notita de humor: "No es lo mismo un viaje de gorra que una gorra de viaje".
(perdona la bromilla).
Un beso,Rafael.
Amalia, muy bueno lo de la gorra.
EliminarCreo que la anécdota la he contado alguna vez, pero por si acaso, la comento: un filósofo decía a sus discípulos: "es lo mismo estar vivo que estar muerto". Un alumno se atrevió a preguntar: "maestro, entonces, ¿por qué no te suicidas?" Y este respondió: "porque como da igual"...
Un abrazo.
Por desgracia vivimos en la sociedad del valetudo, y eso es una desgracia, ya que, lo único que conseguiremos es destruir la propia sociedad. Un abrazo
ResponderEliminarelsillóndepapá, efectivamente, cualquier organización se basa en una jerarquía. El tiempo, los recursos, las necesidades son limitados, por eso el único modo de gestionarlos es jerarquizar. Lo contrario es desperdiciar.
EliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo. Un abrazo
ResponderEliminarAneth, pues otro abrazo para ti.
EliminarBuenos días Rafael. Muy cierto. La propaganda es un arma que tortura y somete a los imprudentes de mente abierta a todos los vientos y que pastan en cualquier campo y los conduce por un río de agua turbia que no aprecia la claridad del manantial. Mejor no hacer cuentas y desconectan toda facultad al ver un número. Un abrazo.
ResponderEliminarXtobefree, el primer paso para aclarar el agua es el resposo. Frente al ruido ambiente, serenidad.
EliminarUn abrazo.
Primero se iguala todo, una vez que está todo igualado, se desprecia lo realmente bueno porque intenta mantenerse diferente. Es curioso cómo nos intentan engañar...
ResponderEliminarUn abrazo. Fernando.
Fernando, así es.
EliminarUn abrazo para ti.
Al ser todo lo mismo, si falta algo, da igual. Es fácilmente sustituible. Como dice Fernando, se acaba perdiendo el valor. La identidad define y da relevancia. El "cada cosa a su sitio, y un sitio para cada cosa" también pierde sentido. Todo da igual.
ResponderEliminarDenna, hasta las personas nos convertimos en "tornillos" intercambiables, lo cual no somos.
EliminarAnda que ya le vale al maridito!!! Un coscorrón se merecía :)
ResponderEliminarMuy buena la entrada Rafael,un cariñoso saludo :)
Belén, es que alguno en vez de paladar tiene un desagüe.
EliminarUn abrazo.
Rafael, sei sempre straordinario! Una riflessione breve ma intensa da un aneddoto familiare. Povera moglie! Spero continui a cucinare cose buonissime, alla fine suo marito dovrà notare la differenza!!!!!! Un grande abbraccio
ResponderEliminarMartina, me parece que la mujer no era muy aficionada a la cocina. En eso tu marido sale ganando (¡además de en otras muchas cosas!)
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