lunes, 29 de octubre de 2012

Teruel existe, yo me lo encontré

Partí en mi súper-bólido en busca de la ciudad perdida: Teruel. Iba acompañado de mi indómita ahijada, Inma Potter, jefa de Prensa y cantante Youtubera. ¿Existiría Teruel a pesar de que algunos lo hubiesen podido negar durante siglos, como sucedió con Troya? ¿O, por el contrario, sería fruto del ensueño de algunos ilusos, como ha acaecido con la Antártida?

Tras subir autovías, sumergirme en autovías, adentrarme en autovías, y atravesar autovías, llegué a Teruel Sí, amigos, ¡Teruel existe! Yo me lo encontré.



Con arrojo sin par, me adentré con el coche por sus calles. Otros vehículos se habían adelantado a coger absolutamente todos los aparcamientos, con lo cual mi extrema puntualidad se vio, una vez más, mancillada. ¡Qué afrenta! Cuando por fin conseguí aparcar, me encaminé al lugar donde la ilustre ilustradora Marta Boza me esperaba haciendo alarde de una santa paciencia envidiable (pido que se haga constar este hecho en su futuro proceso de canonización. Es más, propongo que se vayan iniciando los trámites para el mismo, ¡ya!). Estábamos, nada más y nada menos, que en la librería Royo, propiedad de Merche, a la que aprovecho para mandarle un saludo.



Apenas me acerqué al escaparate, de mis ojos surgió un destello, pues comprobé que en la región de los dinosaurios sus primos hermanos los dragones tienen cabida. Allí estaban Crispín y el dragón Agamenón, ¡y nada menos que junto a Ken Follett! (menudo apellido)



Pero lo mejor estaba por llegar. ¡El tesoro! Sí, no hay aventura que se precie si al final no se encuentra un tesoro. Y yo lo hallé. En realidad eran muchos, uno se llamaba Jorge, otra Maya, otra Marta... y había muchos más. Cada uno portaba una bolsa con chuches que les había regalado Merche, la propietaria (por si antes no había quedado claro).



Juntos nos aventuramos en las andanzas de Crispín y el dragón Agamenón. Lo pasamos genial.

Luego el grupo de exploradores, entre los que estaba mi amigo Pepe (creador de creadoras), nos fuimos a comer como Dios manda, para festejar que estamos vivos, que no es poco (a fin de cuentas la inmensa mayoría de la humanidad no lo está).

Y colorín colorado, esta crónica se ha acabado.

14 comentarios:

  1. ¡¡Enhorabuena!!. ¡¡Qué bonito para recordar siempre!!.

    Me alegro mucho.
    Un besoooooo

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    1. Amalia, es verdad, todavía estoy disfrutando del regusto tan bueno que me ha dejado.
      Un abrazo.

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  2. Pues se os ve muy bien, que pasada. Este Crispín y el Dragón Agamenón va a llevarte al confín del mundo conocido, je,je.
    Te deseo que todo sean exitos profesionales y también para el corazón. Yo siempre he pensado que un escritor ha de ser una persona culta y preparada pero sobre todo con un corazón rebosante para llegar a ciertos rincones del alma del lector.
    Como me hubiese gustado poder estar en una de tus presentaciones con mis peques, solemos disfrutar mucho cuando asistimos a algunas (no solo por las chuches, que conste) Igual nos pasa cuando vienen a la biblioteca a presentar algún trabajo o los jueves cuando tenemos cuenta cuentos, es fantástico. Supongo que tanta autovía merece después de todo la pena cuando ves las caritas de tus pequeños lectores, yo al menos lo imagino así.
    Un abrazo y felicidades.

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    1. Mento, ¡yo de mayor quiero ser cuentacuentos!

      Un fuerte abrazo.

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  3. ¿Llegará también a Bilbao?
    Enhorabuena y te deseo mucho exito.

    Un cariñoso saludo.

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    1. Belén, ya me gustaría a mí. Ojalá algún día.

      Un abrazo.

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  4. ¡Hola! Desde Toledo te mando recuerdos :) Ya hace tiempo de Valladolid, quizás no me recuerdes. Soy de una de las familias toledanas! Genial entrada, y enhorabuena :)
    Mi blog es http://cronicasdezobel.blogspot.com.es/ poco a poco voy construyéndolo.
    Un saluudo!

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    1. Marta, ¡pero qué blog más chulo!

      Ya me he hecho seguidor, o más bien fan.

      Un abrazo.

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  5. Pues ya sé que es lo próximo que tengo que conocer.

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  6. Es decir que existe Teruel y los turolenses, que además compran tus libros. Estarás encantado con el descubrimiento... Un abrazo. Fernando.

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    1. Fernando, los turolenses son una tribu muy acogedora. ¡Volveré! Y si tú te animas, allá vamos los dos.

      Un abrazo.

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  7. Magnífica crónica. Y verídica. Yo estuve allí. (Me ha encantado mi denominación "creador de creadoras") Eres la pera, Rafa.

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    1. Pepe, tú si que eres la repera limonera. Fue un día magnífico en todos los sentidos, empezando por la compañía.
      Un abrazo.

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