Iba a tomarse el plato de sopa que le serví. O al menos eso creía yo, pues antes de que la cuchara estableciera el más mínimo contacto con el caldo, cogió el tetra brik y comprobó exhaustivamente su composición. Lo que "en realidad" iba a ingerir eran 0,8 gramos de proteínas, 2, 5 gramos de hidratos de carbono, 0,1 gramo de fibra y 0,88 gramos de sodio. Nada de algo llamado “sopa”. Después le ofrecí un trozo de queso, que tampoco era tal, sino, por lo visto, una bomba de kilocalorías, nada menos que 320. Inadmisible para la cena. Pasó el resto de la velada realizando aquellos angustiosos estudios químicos, explicándome las terribles consecuencias de algunas combinaciones alimentarias.
Cuando terminamos, manifestó ciertos remordimientos por haber bebido la leche, pues la que le pude ofrecer era semidesnatada, y resulta que por cada 100 mililitros tiene 46 kilocalorías, en vez de las 32 que posee la desnatada. (Hasta entonces no había tenido noticia de tan interesantes cuestiones).
Tras despedirnos, me hice un firme propósito: jamás me convertiría a su melindrosa religión; una cosa es la salud y otra muy distinta hacer ascos a la vida.
Y luego se meten con los viernes de Cuaresma. Virgencita, ¡yo me quedo con ellos sin dudarlo un segundo!
¡¡Con lo rica que está una tortillita de patata o un bocadillito de calamares!!... Es cierto que hay que cuidar la salud, pero ...sin pasarse. Unas gambitas al ajillo de vez en cuando... Un beso.
ResponderEliminarNada, nocilla con chorizo le daba yo para fundir al "kilocaloriómetro".
ResponderEliminarSaludos.
Ay, qué buena es la docta ignorantia! Querer saberlo todo es una enfermedad, por ahí iba el arbolito del Génesis, ¿no?
ResponderEliminarja ja ja... ahora me miraré los viernes de cuaresma de otra manera y con una inmensa sonrisa.
ResponderEliminarQue no es que me ria de la persona en cuestión, pero es que a veces parece que insistimos en participar en una carrera por ver quien se complica más la vida, sin necesidad.
Je,je.
ResponderEliminarPobrecilla ¡qué atada está! y lo peor de todo es que seguramente ni se entera.... En fin, ahora que llega la primavera en el corte inglés, pobrecilla, la que le espera... va a alimentarse del aire. Un abrazo.
ResponderEliminarSe me escapó esta entrada. Muy buena y muy cierta, supongo que si le hubieras ofrecido sacarina se le hubiesen ido todos los males de conciencia.Un abrazo. Fernando.
ResponderEliminarAmalia, cuando leo tu comentario todavía no he cenado. ¡Qué hambre!
ResponderEliminarMora Fandos, más que ignorancia es pasarlo todo por el filtro de la química. Me quedo con la razón-vital, la comida para comer. Un abrazo.
Miriam, yo ya ves, me quedo con los viernes de Cuaresma que son bastante más llevaderos y fecundos.
Mento, un abrazo luminoso.
Teresa, de momento vive en lo etéreo. Otro abrazo para ti.
Fernando, la sacarina debe ser el desenfreno padre. Otro abrazo para ti.
Buenas tardes Rafael. Desde luego no se puede compartir mesa a la light.Un abrazo.
ResponderEliminarPaco Principiante, no sé porqué me había filtrado tu entrada. Tomo nota de la Nocilla para la próxima vez. Sólo espero que no ponga la composición en el recipiente. Gracias por el consejo y un abrazo.
ResponderEliminarXtobefree, me alegro de verte de nuevo. Eres un auténtico ninja navarro; apareces y desapareces. A mí también me van las mesas heavies. Otro abrazo para ti.