Al leer los comentarios a este blog, uno me llamó particularmente la atención. Estaba firmado por Galip Bey y decía lo siguiente:
¡Era una invitación en toda regla!; y además de alguien a quien no conocía personalmente pero con quien desde el principio me he sentido a gusto intercambiando impresiones. A veces para coincidir; otras para enriquecerme con su punto de vista o, sencillamente, para comprender que el mundo se puede mirar desde un prisma distinto. ¿Cómo decir que no a tal ofrecimiento?
Entre semana me es casi imposible salir, pero esta vez me organicé para “hacer un poder”. Mi mujer me echó un capote (una vez más) y conseguí el “pase de salida”. Solo, eso sí.
Llegué al Conservatorio con tiempo justo, pero resultó que hacía falta invitación para entrar. ¿Cómo explicarle a la azafata que me había invitado Galip Bey, un personaje de novela turca? ¿Cómo aclararle que desconocía cómo era su cara? Podía acabar con una camisa de fuerza en una sala acolchada.
Al parecer, a última hora habían decidido limitar el acceso por medio de invitaciones, pues temían que el aforo no diera a basto. En mi misma situación de “indocumentado” había más personas. Nos quedamos, esperando un acto de piedad por parte de los organizadores. Y así sucedió. Al cabo de unos minutos nos entregaron entradas a todos y ocupamos las pocas filas que quedaban libres.
El concierto fue cualquier cosa menos corriente. Además de los instrumentos de percusión clásicos, se emplearon macetas, cencerros, agua... Imágenes proyectadas al fondo armonizaban con la música. Particularmente sugerente me resultó el homenaje musical a Feliz Navidad, Mr. Lawrence, en el que participó un DJ. También me pareció muy original una interpretación realizada con una maleta, unos dedales y unos palillos; o algunas obras de inspiración japonesa. Otras he de confesar que me descolocaron. No deja de ser música experimental y yo de música sé muy poco.
De lo que sí sé es de ilusión, talento, trabajo y ganas de hacer las cosas bien, y de eso hubo y en abundancia.
Al concluir miré y miré por ver si era capaz de reconocer al nunca visto. ¿Qué aspecto tendría Galip Bey? ¿Sería uno de los músicos?, ¿alguien del público?, ¿de los organizadores? La necesidad aguza los sentidos, así que haciendo uso del olfato de detective que no tengo, decidí acercarme a uno de los músicos que se hallaba en medio del poblado hall y, con cierto apuro, le dije:
¡Y lo era! Ya lo creo que lo era. Encontré la aguja en el pajar; al hombre de negro entre los hombres de negro; al percusionista en el tam-tam de la noche. Y hablamos, nos preguntamos cosas, intercambiamos correos, y sobre todo, nos alegramos de conocernos al fin.
Tras despedirnos, mientras me iba a casa, me acordaba de algo que me había dicho un amigo aquella misma tarde: “La gente no está enganchada a Internet para buscar información, sino para saberse querida, para estar con otras personas, escuchar y saberse escuchada”. Sí, creo que tiene razón.
Desde luego para mí ha sido un regalo conocer a distintas personas y tener la oportunidad de recibir, sin merecimiento alguno, el obsequio de un concierto insólito y de un amigo generoso, simpático y particularmente cordial.
“Hola Rafael. Me gustaría invitarte este jueves, 14 de abril, a un concierto muy especial del grupo Percusiones del CSMA formado por los alumnos del conservatorio superior de música. Será en el auditorio del mismo conservatorio, el que está en Vía Hispanidad, junto al edificio Seminario. Puedes venir con toda la familia. Empezamos a las 20h! Veréis muchas cosas que seguro no conocéis y os sorprenderán gratamente. La entrada es libre!”
¡Era una invitación en toda regla!; y además de alguien a quien no conocía personalmente pero con quien desde el principio me he sentido a gusto intercambiando impresiones. A veces para coincidir; otras para enriquecerme con su punto de vista o, sencillamente, para comprender que el mundo se puede mirar desde un prisma distinto. ¿Cómo decir que no a tal ofrecimiento?
Entre semana me es casi imposible salir, pero esta vez me organicé para “hacer un poder”. Mi mujer me echó un capote (una vez más) y conseguí el “pase de salida”. Solo, eso sí.
Llegué al Conservatorio con tiempo justo, pero resultó que hacía falta invitación para entrar. ¿Cómo explicarle a la azafata que me había invitado Galip Bey, un personaje de novela turca? ¿Cómo aclararle que desconocía cómo era su cara? Podía acabar con una camisa de fuerza en una sala acolchada.
Al parecer, a última hora habían decidido limitar el acceso por medio de invitaciones, pues temían que el aforo no diera a basto. En mi misma situación de “indocumentado” había más personas. Nos quedamos, esperando un acto de piedad por parte de los organizadores. Y así sucedió. Al cabo de unos minutos nos entregaron entradas a todos y ocupamos las pocas filas que quedaban libres.
El concierto fue cualquier cosa menos corriente. Además de los instrumentos de percusión clásicos, se emplearon macetas, cencerros, agua... Imágenes proyectadas al fondo armonizaban con la música. Particularmente sugerente me resultó el homenaje musical a Feliz Navidad, Mr. Lawrence, en el que participó un DJ. También me pareció muy original una interpretación realizada con una maleta, unos dedales y unos palillos; o algunas obras de inspiración japonesa. Otras he de confesar que me descolocaron. No deja de ser música experimental y yo de música sé muy poco.
De lo que sí sé es de ilusión, talento, trabajo y ganas de hacer las cosas bien, y de eso hubo y en abundancia.
Al concluir miré y miré por ver si era capaz de reconocer al nunca visto. ¿Qué aspecto tendría Galip Bey? ¿Sería uno de los músicos?, ¿alguien del público?, ¿de los organizadores? La necesidad aguza los sentidos, así que haciendo uso del olfato de detective que no tengo, decidí acercarme a uno de los músicos que se hallaba en medio del poblado hall y, con cierto apuro, le dije:
- Perdona, sé que te puede sonar algo rara esta pregunta pero, ¿eres tú Galip Bey?
¡Y lo era! Ya lo creo que lo era. Encontré la aguja en el pajar; al hombre de negro entre los hombres de negro; al percusionista en el tam-tam de la noche. Y hablamos, nos preguntamos cosas, intercambiamos correos, y sobre todo, nos alegramos de conocernos al fin.
Tras despedirnos, mientras me iba a casa, me acordaba de algo que me había dicho un amigo aquella misma tarde: “La gente no está enganchada a Internet para buscar información, sino para saberse querida, para estar con otras personas, escuchar y saberse escuchada”. Sí, creo que tiene razón.
Desde luego para mí ha sido un regalo conocer a distintas personas y tener la oportunidad de recibir, sin merecimiento alguno, el obsequio de un concierto insólito y de un amigo generoso, simpático y particularmente cordial.
Hola Rafael, hacía tiempo que no te dejaba algún comentario, pero siempre te leo. Un abrazo. Fernando.
ResponderEliminarLo que se vive a traves de internet, a traves de los blogs a veces, es enriquecedor al máximo, muchas veces he comentado que si no cierro el mio es por puro egoismo, por todo lo que a traves de él he recibido, por esa relación que se establece entre los que nos comunicamos...tengo experiencias de amistad a los que también he conocido en persona y ha sido un gozo indescriptible.
ResponderEliminarGracias por contar tu experiencia.
Un abrazo.
Que pasada que lo reconocieras¡¡
ResponderEliminarMe ha encantado esta historia. A veces la comunicación por internet parece algo irreal casi imaginario. Por eso me ha parecido genial poder comprobar por lo que cuentas, que de vez en cuando se pueden materializar esas amistades-blogueras, y sobretodo confirmar que la conexión también en vivo y en directo, es real.
Gracias¡
Qué maravilloso lo que te ha sucedido! es así, yo creo que detrás de todas las personas que conocemos están los invisibles hilos tejiendo lo que ingenuamente llamamos casualidad.
ResponderEliminarMe encantó tu narración además.
Un abrazo y que sigas encontrando agujas de oro en el pajar de la vida!
Pues me ha parecido toda una aventura y además una experiencia que raya lo detectivesco.
ResponderEliminarHa sido divertido leerlo.
Hola Rafael!
ResponderEliminarQué gozada leer tu entrada dedicada a nuestro concierto y a la materialización de nuestra amistad. No sabes cuánto me alegra que te gustara, pues se trataba de una apuesta arriesgada y más teniendo en cuenta que no sabías lo que te ibas a encontrar. Otros años hemos preparado un repertorio centrado en piezas grupales, pero este año los conciertos didácticos que hemos realizado durante toda la semana estaban dedicados a piezas minúsculas y lo que tocamos el otro día fue una selección de estas obras.
Espero que este sea simplemente el primero de muchos encuentros y en la próxima ocasión puedas venir con toda tu familia a disfrutar de nuestra música.
Un abrazo enorme.
Por cierto, Rafael, te dejo este enlace para que eches un vistazo a los dibujos que realizó un artista autodidacta zaragozano el otro día en el concierto. Han sido una gratísima sorpresa para todos nosotros. Espero que te gusten:
ResponderEliminarhttp://chordon.blogspot.com/
Fernando, gracias. De todas formas con que sigas escribiendo tu blog me doy por más que satisfecho.
ResponderEliminarGran Visigoda, gracias a ti también. Es verdad, es una vía de amistad novedosa y valiosa.
Miriam, a mí también me sorprende porque normalmente a la gente sólo la tratas por la Red, pero ya ves, aquí fui especialmente afortunado.
Rara calma, otro abrazo para ti. A ver si un día esos hilos nos llevan a encontrarnos.
Mjbo, si sorprendente fue dar con él, más sorprendente es que fuera yo, carente por completo de "olfato" indagatorio.
Galip, mil gracias a ti. Como dices, ojalá la próxima vez pueda ir con toda la familia. He visitado el blog del dibujante que me has enseñado y está genial. Con unos trazos y unas pinturas ha recogido el escenario e incluso la rítmica. He tratado de ponerle un comentario, pero no sé qué problemas me da últimamente el ordenador, que no me ha dejado. Un fuerte abrazo.
¿Usaste la técnica de perilla judicial? En internet compartimos. La Red como fuente de información arrojó toda la Universidad a la basura y está revolucionando el postmodernismo. El tercer milenio comienza comprendiendo cómo funciona Google.Música, matemática, geometría, empresa, número, inversiones, vibración, percusión, productos, una sola lengua.Un abrazo.
ResponderEliminarNIP, no se te escapa nada. De todas formas no creas que era sencillo. Empleando la citada técnica, se me presentaban varios candidatos. Yo no tenía nada claro que Galip fuera uno de los músicos.
ResponderEliminarOtro abrazo para ti.
Feliz Pascua llena de esperanza y alegría¡
ResponderEliminarUn fuerte abrazo , en el gozo de la verdadera Vida, que Jesús viene a mostrarnos
ResponderEliminar¡Él vive entre nosotros, nada podemos temer!
Feliz y Santa Pascua
Miriam, Ángelo, muchas gracias. Os deseo igualmente felices Pascuas.
ResponderEliminarRafel me encantó tu historia.
ResponderEliminarSaludos.
María del Rayo, muchas gracias. Eres más maja que las pesetas. Un abrazo.
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