viernes, 16 de abril de 2010

La lógica "Robespierre"


El 30 de mayo de 1791 Robespierre lanzaba una de las más encendidas proclamas contra la pena de muerte que se hayan pronunciado. Ante la Asamblea Constituyente francesa, el diputado rogaba a los legisladores “que borren del código de los franceses las leyes de sangre que ordenan homicidios jurídicos, y que repugnan a sus costumbres y a su nueva Constitución”. Además, añadía, “estas escenas de muerte que ordena con tanto aparato no son otra cosa que viles asesinatos, crímenes solemnes, cometidos, no por individuos sino por naciones enteras”.

No habían pasado dos años de aquellas palabras, cuando Robespierre en la Convención pedía la muerte para Luis XVI:

“El sentimiento que me llevó a pedir, aunque en vano, a la Asamblea Constituyente la abolición de la pena de muerte es el mismo que me fuerza hoy a pedir que se aplique al tirano de mi patria y a la realeza misma en su persona. Voto por la muerte.”

Lo que más llama la atención no es tanto el radical cambio de actitud del político jacobino, como su pretensión de que el principio por el cual propugnaba la abolición de la pena de muerte era el mismo que le llevaba a votar por la ejecución de un hombre.

Con esta original “coherencia” no es de extrañar que acabara por liderar el periodo de “Terror” desde el Comité de Salvación Pública. Durante el mismo, se produjeron ejecuciones en masa, incluyendo la de aquellos de su propio partido que podían hacerle la más mínima sombra.

Pasemos a la actualidad:

El 23 de febrero de 2010 el senado español aprobaba la nueva ley del aborto. En la misma se consagra como un “derecho” la posibilidad matar al bebé gestante en el útero materno.

Ese mismo día, a la par que se perpetraba entre la algarabía de las ministras presentes la aprobación de la citada ley, el presidente del gobierno y promotor de la norma abortista, José Luis Rodríguez Zapatero, proclamaba en la Sala de los Derechos Humanos de la ONU: “Nuestro éxito será el éxito de los Derechos Humanos, el éxito de la dignidad de las personas, de la protección del vida y el éxito de los Estados que respeten hasta el último instante la vida de todos y cada uno de sus ciudadanos. Nadie tiene derecho a arrebatar la vida de otro ser humano.”

Como Robespierre, es posible sostener que “nadie tiene derecho a arrebatar la vida a otro ser humano” mientras sanciona como un derecho la posibilidad de acabar con los más indefensos.

Esta inaudita “lógica” no es exclusiva del partido socialista instalado en el gobierno. También el principal partido de la oposición se propugna como defensor de la vida humana mientras defiende ardientemente la ley vigente calificándola de adecuada. Dicha ley ha convertido a España en el mayor destino abortivo de Europa, superándose en la actualidad la cantidad de 110.000 abortos reconocidos al año. La osadía de algunos de los dirigentes populares llegó a tal extremo, que fueron capaces de acudir a la manifestación provida que se celebró en Madrid en octubre de 2009 presentándose como adalides de los nonatos. Los mismos que cuando gobernaban miraban para otro lado mientras el número de abortos crecía lo indecible al amparo de un evidente fraude de ley. Ellos, que impulsaron la ley que permitía experimentar con embriones humanos, ahora posaban para la prensa entre pancartas de “sí a la vida” sin dejar de propugnar la permanencia de la entonces vigente ley del aborto.

Como se ve, la lógica de Robespierre va ganando adeptos. Pronto le tocará el turno al Tribunal Constitucional. Nuestra carta magna no ha cambiado. En 1985 el Tribunal Constitucional afirmaba que “la vida del nasciturus es un bien jurídico constitucionalmente protegido por el artículo 15 de nuestra carta magna” (Art. 15: Todos tienen derecho a la vida...). ¿Qué pasará con la nueva sentencia? Me temo que no cuesta mucho imaginarlo...

4 comentarios:

  1. Hola Rafa:
    Soy Patricia. Me ha parecido muy interesante tu artículo. Pido a Dios cada día que esta sociedad se de cuenta del terible error que se está cometiendo. Espero y pido que Dios viva en cada uno de nuestros corazones, pues sin Él no somos nada.
    Un saludo.

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  2. Hola Rafa: Al igual que dice Patricia, el artículo me parece muy interesante, breve pero claro de ideas, lo cual lo hace aún mejor, fácil de leer y comprender. Espero que nadie se quede indiferente ante su lectura, y que llegue a muchos este blog, una forma más de Evangelización. Un abrazo. Mireia

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  3. El aborto no es una obligación. Que decida la gestante; sin intromisiones legales ni morales, sin coacciones ni prejuicios.

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  4. POR QUE? SIEMPRE SON LOS MAS INDEFENSOS LO QUE PAGAN LAS CONSECUENCIAS DE LOS QUE SE JACTAN DE SER DUEÑOS DE SU PROPIA VIDA, es ilogico, y si rogerius tienes razon ABORTAR NO es una obligacion. pero cuando nos permisan para cometerlo. pasa a ser una ELECCION!!!!!!!! casi siempre MALA.GRACIAS.es mi opinion DIOS CON NOSOTROS.

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